Libros recomendados
  • «El día que desapareció su mundo» de Gordon Thomas.
  • «Los indios de las Antillas” de Roberto Cassá.
  • «La gran Bonanza de las Antillas» de Italo Calvino.
  • «La luz es más antigua que el amor» de Ricardo Menéndez.
  • «La isla encallada» de Alberto Abello Vives.
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Anguila

Ribeteada por playas de resplandeciente arena blanca, con cocoteros y uvas de playa, es el sueño caribeño hecho realidad. Con estatus de territorio británico de ultramar y localizado en el extremo norte de las islas de Barlovento, en las Antillas Menores, es uno de los diecisiete territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de Naciones Unidas. El archipiélago comprende la isla de Anguila y algunos islotes cercanos y posee fronteras marítimas con la isla de San Martín al sudeste, y las Islas Vírgenes Británicas, al oeste. Convertida en uno de los paraísos fiscales más populares a nivel internacional, ya que su gobierno no recauda ninguna clase de impuestos ni a individuos ni corporaciones, en abril de 2011, en vista de su déficit creciente, introdujo un «Impuesto Interino de Estabilización» del 3%, que supuso la primera forma de impuesto en la isla. En Anguila abundan los coloridos chiringuitos playeros donde se sirven parrilladas y atrevidos ponches de ron, a ritmo de reggae en directo. Sus aguas cristalinas y arrecifes son ideales para bucear, remar en kayak con fondo de vidrio o navegar a islotes y atolones próximos. Su rica y variada historia se remonta al asentamiento de amerindios y arahuacos, con un extraordinario arte rupestre, en parte por descubrir en lugares como el Foun tain Cavern National Park. A diferencia de otras islas cercanas, Anguila es plana y se recorre fácilmente en coche, bici o quad. La pega es que ya no quedan apenas rasgos auténticos de la cultura original y que no es un destino barato. Los hoteles de lujo y las villas privadas satisfacen a una jet set adinerada que acude a la isla a ocultarse.