Colombia
La cordillera de los Andes, que recorre su territorio de norte a sur dividida en tres ramas, justifica su gran variedad de climas y paisajes. Imponentes montañas, costas caribeñas vírgenes, selva amazónica, ruinas arqueológicas y ciudades coloniales son su principal tarjeta de presentación. Además, su localización ecuatorial hace posible una biodiversidad difícilmente igualable. Una aproximación a las alturas conduce al viajero de las soleadas arenas caribeñas a las cimas de las verdes colinas alfombradas de café. Si se sigue ascendiendo, se llega a Bogotá, la bulliciosa cuna de Colombia y la tercera capital más elevada del mundo. Unos pocos miles de metros más arriba aparecen cumbres nevadas, lagos de gran altitud y la extraña y singular vegetación de los páramos. Luego, los Andes dejan paso a Los Llanos, una extensa franja compartida con Venezuela, de grandes praderas tropicales. Las antiguas civilizaciones dejaron también un fascinante conjunto de yacimientos arqueológicos y culturales que, junto la desbordante vida indígena y mestiza, y a la innata hospitalidad de los colombianos, completan el arco de unos grandes atractivos, a los que hay que sumar cascos antiguos extraordinariamente bien conservados, en pueblos adoquinados que parecen atrapados en un siglo diferente, felices de seguir tal como están, desde la partida de los españoles. Los paisajes, con preciosos y fotogénicos pueblos y accidentes geográficos sobrecogedores, se combinan a la perfección con una variada naturaleza, ideal también para practicar submarinismo, escalada, rafting y senderismo.