Islas Pitcairn
Oficialmente forman parte del Reino Unido, con estatus de territorio británico de ultramar, y son un muy enigmático y oscuro archipiélago, compuesto por cuatro islas, de las que sólo la que les da nombre está habitada, y por una población un tanto extraña, que se ha visto envuelta, históricamente, en polémicas varias. Es la única colonia británica que queda en el Pacífico, aunque es también uno de los diecisiete territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de la ONU. El motín de la Bounty, un barco inglés que en 1790 iba a replantar frutipan en Tahití, es el origen de toda su población, ya que los amotinados se agruparon en este territorio, en el que se escondieron durante treinta y cinco años, esquivando así las represalias a su revuelta. No tienen aeropuerto, así que sólo se puede llegar a ellas por mar y, a nuestro juicio, su principal atractivo es acercarse a esos algo más de doscientos cincuenta individuos, descendientes de furtivos, que siguen queriendo vivir, de alguna manera, aislados y escondidos como lo hicieron sus antepasados.