Jamaica
La tierra de Bob Marley es un país caribeño que ocupa la tercera isla en tamaño de las Grandes Antillas, y tiene su propia banda sonora, que atrapa con su ritmo particular, más allá de las playas y los hoteles de todo incluido. Una cadena montañosa la atraviesa de este a oeste y ocupa las dos terceras partes de un territorio que ofrece aguas cristalinas que fluyen por encima de jardines de coral, suaves playas de arena, tierra roja, exuberantes platanales, y cascadas rugientes que parecen surgir de la nada. La cultura jamaicana es compleja y la visita a esta isla verde cuyos ciclos naturales marcan el ritmo de la vida depara grandes descubrimientos. Sus playas son indudablemente atractivas y debajo de las olas hay buenas oportunidades para practicar submarinismo y buceo con tubo. También se puede flotar tranquilamente en el agua sobre balsas de bambú y los más aventureros pueden visitar cuevas o calzarse las botas de montaña para explorar los bosques y riscos más remotos de este escarpado país, hasta lo alto de las Blue Mountains. La música de la isla hunde sus raíces en los ritmos populares de África occidental, que ahora se combinan con otros electrónicos más contemporáneos, convirtiéndola en una gran potencia musical. Esto se refleja no solo en los bajos de los omnipresentes sound systems, sino también en el lirismo del dialecto jamaicano y en los sonidos gospel de sus muchas iglesias. En Jamaica la música es la vida, y el viajero se moverá a su ritmo.