El noveno país más grande del mundo es el más rico de los estados de Asia Central, gracias a sus abundantes reservas de petróleo, y a otros muchos valiosos minerales. Ello se traduce en alojamientos, restaurantes y transportes que, por norma general, son mucho mejores que en el resto de la región. La ciudad más grande, Almaty, recuerda a las urbes europeas, con avenidas arboladas, el gran complejo museístico Alzhir, brillantes centros comerciales y una hedonista vida nocturna. La capital, Astana, en la estepa septentrional azotada por el viento, se ha conformado ya como una auténtica maravilla del siglo XXI, con abundantes muestras de arquitectura futurista. Pero hay que salir de las ciudades para vivir las aventuras que el país tiene para ofrecer, como ir de excursión por los altos riscos y verdes valles de las montañas Tian Shan, observar la flora y la fauna en las estepas salpicadas de lagos, disfrutar de la humilde hospitalidad de los pueblos o recorrer los desiertos occidentales hasta lejanas mezquitas subterráneas.
