Trinidad y Tobago
Pequeño país asentado sobre un archipiélago ubicado frente al venezolano delta del Orinoco, en la porción más meridional de las Pequeñas Antillas, sobre el Mar Caribe. Viajando por él hay que prepararse más para el calipso, el críquet, el carnaval y la observación de aves, que para sus playas. Estas caribeñas islas son una hermosa contradicción. En Trinidad, los manglares vírgenes y las laderas cubiertas de selva tropical coexisten con refinerías y polígonos industriales. Tobago, por su parte, posee todo lo que cabe esperar de una isla caribeña, como palmeras y arena blanca, aunque la industria turística la ha transformado bastante. Combinadas, sin embargo, las dos islas que integran esta pequeña república componen un buen destino, con un submarinismo de primera, bosques pluviales donde practicar el senderismo, cascadas en las que sentirse salvaje y una naturaleza muy proclive a ser recorrida en bicicleta, con la posibilidad también de aparcarla durante unas cuantas horas, para degustar una vida nocturna electrizante. La capital, Puerto España, es un lugar ideal para relacionarse con los trinitenses, para ponerse al día con la música soca, para ver un partido de críquet, o para disfrutar de un fabuloso carnaval, que es el mejor y más vistoso de todos los festejos anuales de la región. Y desde ella, basta solo un corto viaje para llegar a las famosas playas de Maracas Bay.