Turquía
Una tierra histórica con una de las mejores gastronomías del mundo, gran variedad de paisajes, playas y montañas, y la magnífica ciudad de Estambul, que no necesita presentación alguna. Destino final, o punto de partida, de la Ruta de la Seda, a caballo entre Oriente y Occidente, con un pie en Europa y otro en Asia, por Turquía pasaron, y después alabaron, algunos de los principales personajes de la historia, como Julio César o San Pablo, entre otros muchos. Los bizantinos excavaron iglesias en las cuevas de Capadocia y los sultanes otomanos se dieron la gran vida en el palacio Topkapı, sintiéndose soberanos prepotentes de un imperio que se extendía desde Budapest hasta Bagdad. Y antes de ello, los romanos recorrieron la vía de los Curetes en Éfeso, los armenios construyeron las iglesias medievales de Ani, los derviches giróvagos desarrollaron ahí el misticismo sufí, y los licios construyeron sus ciudades, hoy en ruinas, en la costa del Mediterráneo. La mayor sorpresa para quienes llegan por primera vez a Turquía son sus grandes contrastes. La gran diferencia existente entre las playas del Egeo y las montañas orientales, son casi equiparables a la posibilidad de navegar en Estambul, por el Bósforo, o entre mezquitas, y luego hacerlo por sus mercados y clubes nocturnos. Admirar Santa Sofía de Constantinopla y la Mezquita Azul, o tomar un baño en un antiguo hammam, antes de comer un delicioso kebab, son algunas de esas cosas ineludibles para cualquiera que tenga un mínimo espíritu viajero.