Uzbekistán
Esta república de Asia Central, que limita con Kazajstán, Turkmenistán, Tayikistán, Kirguizstán y Afganistán ha sido cuna y centro cultural de la región desde hace más de dos milenios. Su relieve es llano en una parte y montañoso en otra, y está recorrido por caudalosos ríos con gran potencial hidroeléctrico. Las llanuras, como el altiplano de Ustiurt, el valle de Amú-Dariá y el desierto de Kizilkum, se sitúan al noroeste y el centro, y las montañas en el sudeste, destacando entre ellas las cordilleras de Tian-Shan y Gussaro-Alai. En las primeras predomina un clima seco y caliente, que en las segundas se torna más húmedo. El subsuelo posee grandes reservas de gas natural, petróleo y carbón, que se unen a la riqueza que le aporta su fascinante arsenal histórico, cultural y arquitectónico, en ciudades antiguas, empapadas por la sangrienta y fascinante historia de la Ruta de la Seda. En cuanto a puntos de interés, Uzbekistán es la principal y más impresionante atracción de Asia central. Samarcanda, Bujará y Jiva maravillan con sus fabulosas mezquitas, madrazas y mausoleos, mientras que las atracciones más curiosas, como el menguante mar de Aral, las fortalezas de la desesperadamente remota Karakalpakia, la próspera capital, Taskent, y las opciones ecoturísticas de los montes Nuratau colman los gustos más diversos. Pese a ser, en cierto modo, un estado un estado un tanto policial y gobernado con mano dura, sigue siendo un lugar extremadamente acogedor donde la hospitalidad es un elemento esencial de la vida cotidiana. El viajero se sentirá bienvenido allá donde vaya.