Vietnam
Pocos lugares del mundo cambian tan rápido. Y es, precisamente, ese zumbido de la agitación, lo que más embriaga de este exótico y apasionante país del sudeste asiático, de una belleza natural tan asombrosa, como sutil es su riqueza cultural, donde conviven dinámicas megaurbes y aldeas de tribus de montaña, con total naturalidad. La cultura vietnamita es compleja y de gran diversidad. Los laberínticos y abarrotados callejones comerciales de la nación están repletos de artesanía y reflejan siglos de influjos mercantiles. Los antiguos templos muestran influencias chinas en el norte y orígenes hindúes en el sur, mientras que los amplios bulevares con árboles y edificios regios de la capital son de clara impronta colonial francesa. Y las grandes ciudades, perfiladas por sedes corporativas y hoteles de lujo, de acero y cristal, subrayan la moderna prosperidad, y su proximidad con el centro del nuevo poder económico. Vietnam ofrece infinidad de experiencias inolvidables. Sublimes, como otear el surrealista paisaje de islas de caliza, desde la cubierta de un barco en la bahía de Halong, o recorrer a pie las verdes montañas de Bac Ha o Sapa. Desquiciantes, como tardar diez minutos en cruzar una calle entre miles de motos en Hanói, o que acierten a traerte el plato que has pedido, en un restaurante local. Inspiradoras, como explorar el sistema de cuevas más espectacular del mundo en el Parque Nacional de Phong Nha-Ke Bang. Cómicas, como ver un ciclomotor cargado de cerdos avanzando zigzagueante por un camino rural. Y, también, reflexivas, como observar una tumba solitaria en un cementerio repleto de miles de víctimas de la guerra. Todo eso y mucho más es Vietnam; un destino obligatorio.