Con estatus de departamento de ultramar francés y, por lo tanto, integrada en la Unión Europea, la isla pertenece al grupo de Barlovento, en las Pequeñas Antillas. La parte sur tiene buenas playas y bonitos pueblos pesqueros y la norte, con sus montes y jardines botánicos, es ideal para excursionistas y amantes de la naturaleza. Ubicada al norte de Santa Lucía, en aguas del mar Caribe, y de origen volcánico, es una maravilla montañosa coronada por el todavía ardiente Mont Pelée, el volcán que arrasó la antigua capital de St-Pierre en 1902. Con una sorprendente diversidad de paisajes y ambientes, es cosmopolita y sofisticada, y ofrece magníficas rutas de senderismo, experiencias culinarias de primera, una rica vida cultural y un gran abanico de actividades de naturaleza. La zona norte, montañosa y con bosques lluviosos, es la más espectacular, pero el sur también cuenta con maravillas naturales, como preciosas bahías y bonitas playas. Si a esto se añade el toque galo y su joie de vivre, es fácil entender por qué a tanta gente le encanta Martinica.
